Uno de mis pueblos mágicos favoritos es Valladolid en Yucatán, su encanto colonial y la belleza natural de los cenotes que se encuentran en él, son el motivo que me hace querer escapar y pasar unos días de relajación cada vez que puedo.
Valladolid es uno de los dos pueblos mágicos que tiene el estado de Yucatán y es conocido por su historia y ambiente colonial, así como la presencia de la cultura maya; basta con ver la arquitectura de cada una de sus construcciones para adentrarse en su historia y sentirse conectado con la cultura y la tradición.
El pueblo es relativamente pequeño y pueden recorrerlo muy fácilmente. En el centro lo primero que verán es la catedral, el parque con su fuente, comercios y pequeños restaurantes.
Pasear por el parque y comerse una marquesita, es algo que deben hacer casi de manera obligada. Estando ahí pregunten por el turibus que los lleva a recorrer los puntos principales del pueblo.
Les recomiendo que éste tour lo tomen por la tarde noche ya que así no sufrirán por el intenso calor o los rayos del sol y aprovecharán las actividades nocturnas como el espectáculo de luz y sonido del Ex Convento de San Bernardino de Siena, fundado por los franciscanos, que en sus alrededores cuenta con lugares de esparcimiento y pequeños cafés para pasar un rato agradable.
Hospedaje
Mi recomendación en hospedaje es el hotel “El mesón del Marqués”, un lugar colonial, bonito, con habitaciones muy confortables, precio accesible y que cuenta con desayuno incluido. Pidan la mermelada de papaya, una receta casera deliciosa.
(Fotos: El Mesón del Marqués)
Cenotes
Paseando por el centro no deben perder la oportunidad de conocer el cenote Zaci, que se encuentra dentro de la ciudad, en el cual pueden disfrutar de una comida al estilo yucateco en su restaurante, con una vista espectacular a éste bello lugar.
Si quieren conocer más, a unos pocos minutos, en la comunidad de Dzitnup, a sólo 7 kilómetros del centro de Valladolid, se encuentran los cenotes Xkekén y Samulá. Estos hermosos lugares son el motivo perfecto para nadar y disfrutar de la maravilla natural que nos ofrece la península de Yucatán.
Pueden visitar ambos en el mismo día, ya que se encuentran muy cerca el uno del otro, comparten la misma entrada y los mismos servicios. El costo de ingreso por cada cenote es de $80.00 mxn, si visitan ambos el costo es de $125.00 mxn, los niños pagan $50.00 mxn por cenote u $80.00 mxn por ambos.
El cenote Xkekén se encuentra del lado izquierdo, y está rodeado de varias estalactitas, particularmente éste cenote tiene más afluencia ya que su acceso es de cierto modo más fácil y amplio, además de tener un espacio para descansar y admirar.
El Cenote Samulá se encuentra del lado derecho y personalmente es el que más me gusta de ambos, ya que tiene menos afluencia y se puede nadar más libremente. Al salir no dejen de probar el famoso platillo maya “Poc Chuc” con los lugareños, ¡les va a encantar!.
(Fotos: Google)
Otro cenote que no pueden perderse es Suytun, famoso por su plataforma que se ha convertido en uno de los lugares más instagrameables de la Península. Se encuentra a a 15 minutos del centro de Valladolid sobre la Carretera a Ticuch en el Km 8. Para poder disfrutarlo asegúrense de llegar súper temprano para evitar encontrar tantas personas.
Dentro de Suytun además de los cenotes hay un hotel y restaurante con servicio buffet. El precio de entrada a los cenotes es de $120.00 mxn para adultos y $50.00 para niños, incluye el áreas de baños y vestidores. El costo de chalecos es de $30.00 mxn. Si realizan un consumo de $150.00 mxn en el restaurante el ingreso a los cenote va incluido. Si optan por hospedarse en el hotel el acceso a los cenotes es gratis.
En el lugar se realizan rituales mayas de sanación y hay venta de artesanías hechas a base de obsidiana, un bonito recuerdo que pueden llevar.
¿Cómo llegar a Valladolid?
Para llegar: Desde la ciudad de Mérida, tomen la carretera 180 Mérida - Valladolid.
Sumen éste pueblo mágico a su lista de lugares por visitar, estoy segura que como yo, ustedes también se enamorarán de él.
Por Gloria Villanueva.